viernes, 9 de febrero de 2018

Moguer, 15 de febrero de 2017 e. c.


Ayer resultó ser un día grande para mí.

Estuve, como expuse aquí que haría, en el cole con las personas de infantil de 4 años.
Confieso que tuve pánico escénico por la responsabilidad de tratar de transmitirles lo adecuado. Pero el temblor se transformó en emoción, la que me transmitieron aquellas personas tan increíbles. Como se viene diciendo, emocionante no, lo siguiente.
Pensándolo detenidamente, creo que pocas cosas pueden colmar tanto el esfuerzo de un escritor y encontrármelo ha sido cumplir un sueño que no había soñado, poder soñar con algo que le da (otro) sentido a todo esto.
Les leí y conté la historia de mi "embrión de sonetillo" y me acompañé de la guitarra para amenizarles la lectura de Gabriel Celaya, Gabriela Mistral, Alfonsina Storni y Gloria Fuertes. Cantaron conmigo "la tarara" de Federico García Lorca, "a tapar la calle" de Pablo Guerrero (mezclada con la versión de Pica-pica, fifty-fifty, y vaya si la taparon) y "Susanita tiene un ratón" de Méndez Guiú-Amparo Rubín... Pero he de confesar que la que triunfó fue la canción "mi gigante preferido" de mi querido Ángel Petisme (de nuevo, gracias, "te debo una canzión"  ). Todos y todas cantaron "chocolatinas, chocolatinas, chocolatinas del mundooooo", profesoras incluidas, teniendo que cantarles el estribillo, nuevamente, al finalizar, por aclamación.
Tod@s rasgaron un poco la guitarra, les llamó mucho la atención. Tod@s me abordaron con preguntas, algunas difíciles y otras entrañables. Tod@s colaboraron para llevarme en volandas por la lectura.
Tuve que dejar en el tintero a Machado y una canción de Ismael Peña sobre un poema de Gloria Fuertes por exigencias del guión (mijita me recriminó esto último).
Me llamó mucho la atención que l@s nen@s con quienes más trato he tenido se quedaron boquiabiertos, sin mediar gesto ni palabra (hasta el turno de preguntas) conmigo.
Me impactó una nena con quien bromeo cada día cuando vino corriendo a darme un beso, a la que ya me marchaba, después de no haber cambiado el gesto (mirada fija y boca abierta) durante todo el encuentro.
A todas y todos (director, profes, secretaría,...), gracias infinitas... Pero, especialmente, a l@s alumn@s por encumbrarme, al menos durante un rato, a vuestra altura.
¡Ojalá, mijita, guardes algo de cuanto aconteció ayer, aunque sea en tu subconsciente!

https://www.youtube.com/watch?v=4gofUYTt4Uo

Moguer, 9 de febrero de 2018 e. c.

¿Te acuerdas aún de cuando estuve en tu cole para cantaros y recitaros con la guitarra el año pasado? Para mí, aquello, resultó ser el mejor regalo que podía tener por mi cumpleaños, porque se dio tal circunstancia, ¿lo recuerdas?

Pues de aquella pequeña aportación salió el trabajo que realizasteis tod@s l@s nen@s del cole y que ha resultado reconocido por la consejería de educación de la junta de Andalucía (algunos departamentos tienen más de nombre que de prestaciones) en su XXIX edición del concurso para el fomento de la investigación e innovación educativa en centros educativos públicos, en su modalidad de "premio Antonio Domínguez Ortiz" (que fue un historiador pero no me entretendré porque sospecho que será de esos ilustres que estudiarás por ser andaluz), correspondiente al curso escolar 2016/2017.

Si te soy sincero, aprecio el entusiasmo con que se ha recibido en el cole porque aprecio a las personas que hacen posible esos trabajos que realizáis, los cuales os inducen a la investigación "in situ" de la temática que corresponda. Este año vais a realizarlo sobre el medio ambiente, enfocado -sobre todo- al gran incendio que hubo el año pasado cuando estaban aquí el primo Javier, la prima María, y "titolí" y tita cuñi. ¿Lo recuerdas, mijita?

Pero si te sigo siendo sincero, mijita, creo que el verdadero reconocimiento debería ser proporcionando capacidad y medios para poder realizarlo todos los centros y no imbuir en la dinámica de la rivalidad y de la competición a unos centros que se suponen que educan desde la integración y la empatía. Pero claro (hoy sólo lo tocaré de perfil), qué se puede esperar si los sofismas sodo-gmáticos os siguen segregando. Y esa es una de las paradojas que he podido apreciar, que se premie algo que se castiga con las religiones aún en los centros públicos de educación.

Sobre lo del trabajo que realizaréis este año sobre el medio ambiente, el otro día tuve la oportunidad de acompañaros a la excursión que realizasteis al monte de Montemayor, en un principio, para aprender a respetar la naturaleza sobre el mismo terreno, a cuidarlo y conservarlo. Estabas muy contenta por ello, por ambas cosas, ir de excursión y que yo fuera, aunque te pusiste algo celosilla porque tus compis (Valentina, Rocío, Daniela y Ángela) tampoco querían soltarme. Bueno, Ángela tuvo su rato de disgusto pero terminó como había empezado. Paso por segunda vez de perfil para comentarte que espero no pagar yo en ti la ineptitud de unos hábitos sociales irrespetuosos que, por "tradicionales" (vaya con la justificación), acaban por imponerse y, nuevamente, segregar a un grupo que iba a comprender la naturaleza. No hallo mayor incongruencia, inconcebible partiendo de un centro educativo y de una institución que cada año ve las salvajadas que se cometen con los animales, por no hablar de lo dañado que acaba el entorno (pudimos apreciar de primera mano los restos de vidrios rotos y otras basuras donde se ubican los chozos en romería), que llevar a toda la tropa a la ermita para ver a lo que se empeñan en llamar virgen. Yo me quedé fuera y te propuse que entraras tú, si así lo deseabas, porque entraron tod@s tus compañer@s. Aún tengo cierto desconcierto porque no sé si alegrarme porque te quedaras fuera conmigo apreciando el olor y el color de las flores (no recordarás cómo me puse con el jugo del higo chumbo), hablando del reciclaje, porque tus compañeras que estaban a mi cargo fueron las primeras en salir y venir corriendo a nuestro encuentro para apreciar la rosa en la que estábamos ocupados en ese momento, o maldecirme por no ser un jodido cafre cerradico de mollera negado a aprender y evolucionar y, lo más difícil, aceptar las consecuencias cambiando mis miras y mi manera de ser cuando he apreciado que la razón así lo requiere.

Pero aparte de todo esto, que al final me enredo y me voy por las ramas. Que quería decirte también que he tenido la fortuna de, entre tod@s l@s que asistimos para colaborar, que se hayan acordado de mí para formar parte de la celebración. Y no voy a ser cínico contigo, mijita, porque no te puedes ni imaginar la sensación que me causa la emoción que te aporto con esta enriquecedora labor. Pretendía que recordaras mi intervención del año pasado. Quizás el tiempo te confunda unos recuerdos con otros, tal vez sólo te quede una sensación generalizada (para mí sería más que suficiente), pero ver lo henchida de orgullo que entraste el pasado día dos de febrero para grabar... ¡Ah, claro, de eso aún no he hablado!

Cuando se enteraron de que iban a recibir el reconocimiento (el premio, of course), Rafael -el director del año pasado que culminó su carrera de esta grandiosa manera- se puso enseguida en contacto conmigo para ver si se podía hacer una canción con lo que habíais escrito a raíz de mi participación. Sobra decir que estoy tan agradecido por aquella oportunidad que ni lo pensé para contestarlo que contara conmigo para lo que fuera. El caso es que estaba enfrascado preparándome un concierto que di recientemente en Huelva pero aún así empecé a hacer las dos cosas a la vez... ¡Y le puse música a aquella letra que habíais hecho! Se la llevé a Paco -el profe de música-, la arregló y decoró en condiciones y, bajo su batuta y la ayuda de la profe Lola, os la llevamos (ahora sí) el pasado dos de febrero para que la cantarais conmigo. Me hubiera gustado poder grabarte en ese momento para que te pudieras hacer una breve idea de lo que eres capaz de hacerme sentir, mijita... Y te saliste de la fila para venir a mí corriendo a abrazarme. Sé que en casa cantamos juntas muchas veces (tú con el piano, el ukelele, la caja, el micro, la armónica y todo lo que se te ponga por medio y yo sólo con la guitarra), que me quieres dirigir para que te siga en tus improvisaciones, pero me ha resultado especial compartir contigo "estudio" con un proyecto más mediático, nosotras que fingimos soñar que alguna vez compartiremos escenario. En fin, espero saber guardar adecuadamente este cúmulo de sensaciones que me aportas, así como deseo que guardes una grata sensación de esta experiencia. Con el tiempo se verá si se te ha "archivado" algo en tu cabecita.

Hoy hemos estado en la radio y han puesto la canción. Creo que el efecto en las personas es el que buscaba, que fuerais vosotr@s l@s protagonistas de la canción... a pesar de cantar yo con mi voz quebrada y grave.

Espero que, cuando seas adulta y tu papi no esté, estas palabras te sirvan al menos para saberme y amplíen un poco los detalles de unas sensaciones que te puedan venir a la cabeza de cuando ibas al cole y yo estuve allí, buscando tu felicidad.

Te quiero, mijita.

sábado, 3 de febrero de 2018

Moguer, 3 de febrero de 2018 e. c.

No pretendo completar mi vida de orgullo
a través de tus logros
sino de que los mismos
te completen a ti.